viernes, 17 de abril de 2015

"EL OLLERO" DE TOCANCIPA Y SU SIMBOLOGIA



El pódium lo conforman tres jarrones, que representan la calidad de ollas de barro que se elaboraban en Tocancipá, caracterizándolo como el primer  pueblo alfarero del país, y a su vez  también representa los nacimientos de los frailejones que salen de la tierra, como una de las vegetaciones más representativas del altiplano cundiboyacense.



Su  vestimenta era sencilla, por lo general estaba compuesta de camisa y pantalón, lo cual reflejaba los orígenes humildes de esta cultura trabajadora y campesina. Los objetos que el ollero cargaba consigo durante sus jornadas laborales eran básicos y necesarios para su alimentación. Normalmente el ollero llevaba en la mano una vara o cayado que empleaba para acomodar la carga, defenderse de animales o como apoyo para situaciones en las que el camino lo requiriera, y no podía faltar el sombrero para protegerse del sol. Como todo creyente de la religión católica, el ollero hacia uso de elementos religiosos, ya fuesen camándulas o crucifijos que siempre llevaba en su cuello y permitía tener una conexión más profunda con su fe y la esperanza de un mejor futuro.
 

Para sostener la mercancía sobre su espalda, el ollero utilizaba una zuta o bolsa, y colocaba un arnés sobre su frente que se unía a un cinturón ancho en su cintura, lo cual ayudaba a amortiguar el peso y evitar hernias o cualquier mal esfuerzo.









El calabazo tapado con una tusa era el recipiente donde se llevaba el guarapo, bebida fermentada a base de panela y agua  o la chicha a base de  maíz que se consumía para hidratarse o compartir con sus clientes, este calabazo tenía un pocillo pequeño al lado, fabricado también por ellos mismos. Los tostados de habas o maíz hacían parte de su alimentación diaria, estos eran guardados en una mochila redonda al lado del calabazo.





                     

El costado derecho del domo representa el lugar donde se extraía el barro y era pisado para ser transformado  en ollas de diferentes tamaños, conforme a las necesidades de los clientes para la cocción de los alimentos o para la fabricación de la sal en Zipaquirá y Nemocón. 
También se pueden apreciar cuatro ollas inclinadas a 45° con iluminación artificial, esto representa la utilidad de estas piezas, ya fuera en el hogar o en la industria cocinando la sal; y un pozo de agua, en el cual las aves que llegan al lugar pueden hidratarse.     





En la parte superior del domo se halla ubicado el mapa de Suramérica, que el ollero está pisando con su  pie derecho, representando la proyección de la comunidad Tocancipeña hacia el mundo. El pie izquierdo se encuentra pisando el barro, representando la técnica de la extracción de la arcilla de suelo y las largas horas de camino que debía realizar el campesino para llegar a sus destinos.                              

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